martes, 27 de febrero de 2018

Mirame, date vuelta y mirame, date vuelta y volve por favor 
y acá estamos otra vez. 
Cuando queres que alguien te mire no importa ninguna otra mirada; vos queres esa mirada y ninguna más.
Pedimos a gritos desesperadamente que abran sus ojos y nos miren; que nos vean, que vean nuestro dolor y nos comprendan.
Hacemos enormes esfuerzos para no necesitar de nadie; para no necesitar de una mirada para existir pero somos esclavas de esa mirada; la necesitamos, como al aire. Hacemos cualquier cosa por atraer esa mirada, intentamos ponernos en el campo visual del otro, quisiéramos tener un reflector que nos ilumine, quisiéramos brillar para ser miradas.

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