martes, 6 de marzo de 2018

Soy una persona 100% espiritual. Puede parecer que me manejo con la mente pero ésta no es más que un eco de mi alma. Puedo parecer analítica pero en realidad es que percibo cada una de las cosas que están a mí alrededor y dentro mío. Mi pensamiento es mi centro; éste se encarga de traducirme cada pequeña sensación que mi cuerpo experimenta, cada mensaje que mis oídos escuchan, cada imagen que ven mis ojos. Soy extremadamente consiente de lo que soy y de lo que no, también de lo que podría ser pero no todo es una nube; a causa de todo esto soy 100% sensible. No es que lloro por cualquier cosa, ni que me veo incolucrada en situaciones distantes sino que cada estímulo me significa algo; todo lo que me rodea me afecta de una u otra manera. Soy muy influenciable; muy frágil. Mis ideales quedan desnudos frente a la gente porque están basados en abstracciones como el amor, la paz, la igualdad y es en días como hoy cuando me siento tonta, infantil, pequeñita al lado de los demás; mi mundo está contruido sobre pilares frágiles, rompibles. No quisiera ser una persona de piedra que no aprecia todo aquello que la rodea, que vive sin conciencia de todo lo que puede ser percibido, pero un poco de estabilidad, un poco de firmeza no le haría daño a mi vida. Me haría más fuerte para poder enfrentarme a la vida día a día y no tener que soportar que mi castillo se derrumbe de a poquito, teniendo que remendarlo con fuerzas y esperanzas que no poseo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario