lunes, 5 de marzo de 2018

No nos contaron que el amor no es accionado ni llega en un momento determinado. Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros; que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta. Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía es más agradable. Nos hicieron creer en una fórmula llamada “dos en uno”; dos personas pensando igual, actuando igual, que era eso lo que funcionaba. No nos contaron que eso tiene un nombre; anulación. Que sólo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz; la misma para todos y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad. No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes y que podemos intentar otras alternativas. 
Tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto; cada una lo va a tener que descubrir solita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario