martes, 6 de octubre de 2015

Primavera.
- Todos tenemos un fantasma escondido ¿Si?
Vos tenes miedo a una falla de seguridad. Todos tenemos un monstruo, un fantasma adentro, que no nos gusta. Entonces creamos un sistema de seguridad para que no se note; mantenemos al monstruo agarradito para que no salga ni se vea. Pero si ese sistema de seguridad falla, el monstruo ingresa, y ahí quedamos expuestas. 
A veces eso que tanto queremos ocultar queda a la vista y nos avergüenza. 
Sentimos que todos ven lo que en verdad somos y somos algo que odiamos.
Como si hubiera un Mr. Hyde en nosotros; como si el verdadero yo fuera otra y eso asusta. Nos asusta que falle el sistema de seguridad; que Mr. Hyde se desate y haga alguna locura. 
Vivimos alertas, atentas, vigilando al monstruo. Y si, creamos mecanismos, defensas, nos aislamos, todo para que ese supuesto monstruo no salga a la luz. Cualquier cosa que nos saque del lugar seguro nos da miedo; nos da miedo lo nuevo, porque puede provocarnos cosas desconocidas. 
Odiamos a nuestro monstruo, porque desea justamente las cosas que nos dan miedo. 
Queremos esconder a toda costa esa parte nuestra, esos deseos que nos inquietan. Son deseos que supuestamente no tendríamos que tener y nos esforzamos por reprimir. Son deseos que nos dan culpa, vergüenza. 
Deseos que van en contra de la moral, de lo que debe ser. 
Nos odiamos cuando nos dominan las pasiones. Nos odiamos cuando todos ven eso que queremos ocultar. 
Odiamos la falla de seguridad; esos huecos que nos desnudan y muestran nuestra miseria. Pero la verdad es que a todos nos pasa lo mismo; todos tenemos un monstruito dentro y ¿Sabes que hay que hacer con eso? 
- Matarlo.
- No! Reírse de él. Ridiculizarlo, perderle el respeto y el miedo. 
Reírnos de nuestras zonas oscuras. 
Aceptar quienes somos; reírnos de nuestros miedos. 
Ridiculizar nuestros fantasmas. 
Reírnos a carcajadas de nuestras miserias. Permitirnos ser quienes somos y desear lo que deseamos. 
Bajar las defensas; aceptar las fallas de seguridad. Y dejar que Mr. Hyde salga porque en definitiva ese monstruo es también quien somos. 
- Yo te quiero besar pero no sé si mi monstruo quiere.
- Tu monstruo no sabe nada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario