martes, 14 de junio de 2011

La que no esperaba nada de los hombres.

Yo no sé ni como, ni cuando, ni porque, pero todos dejamos de pelearla, y cuando dejas de pelearla te morís, te caes, te vas.
Lo que te mantiene viva no es ganar sino pelearla.
La pelea perdida es la que no se peleó. Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.
No está muerta quien pelea.
Tal vez te cruzaron un cross de derecha, te hicieron pisar la lona, sangrar, llorar,
pero hay que seguir peleándola hasta el final.
La única forma de aprender a pelear es peleando, es no rendirse jamás.
Rendirse es mirar la pelea desde afuera; ver como otra pelea la pelea que es nuestra.
El ring nunca se abandona, nunca se tira la toalla y se pelea con garra hasta el último round.

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