martes, 7 de junio de 2011

Aún a día de hoy no tengo claro el por qué todo terminó, pero tampoco el por qué hubo un momento en el cual esto empezó. Así que todo se podría resumir en una especie de sueño de verano que no se sabe si existió realmente y mucho menos el por qué ocurrió. Pero el caso es que ocurrió, mal que nos pese a ambos, y duró bastante. Ocurrió, duró y basta. No hay que darle muchas más vueltas.

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