“Pero ¿Qué
estás buscando?” Me
preguntó. Lo pensé. Una vez, dos veces ¿Estoy buscando? Sí, demasiado. Al punto
de que ya no quiero buscar más porque me dicen y también me digo que las cosas aparecen cuando no las buscás pero
me resulta inevitable estar esperándolo e imaginando.
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