martes, 17 de junio de 2014

Dejame intentar, dejame llegar a vos. Así como un día te metiste de sopetón en mi burbuja y cruzaste el muro.
Dejame entrar. 
Ayudame a derribar el muro. Necesito que vuelvas conmigo.
Porque tenes que cumplir una promesa.
Esa promesa es lo único que me sostiene
y hace que siga adelante. Yo confío en vos,
por eso no me podes fallar. No
podes abandonar. Porque una promesa es como un contrato y no te podes ir así; sin cumplirlo. 
Para cumplir una promesa hay que resistir, porque uno nunca promete algo que es fácil. Siempre prometemos cosas difíciles, que llevan sacrificio y fuerza. Y vos tenes que resistir.
Tenes que resistir todos los palos que te pongan en la rueda. Porque una promesa incumplida es una deuda que crece y te persigue a todos lados. Y yo te vine a buscar para que no te persiga esa deuda. 
Para cumplir una promesa hay que tener fe, y yo tengo fe en vos; en que vas a cumplir tu promesa. 
Tu promesa fue la que me trajo acá,
por eso vos sos el que tiene que volver para pagar su deuda. 
Para cumplir una promesa hay que ser perseverante; como en un ring de box, tenemos que pelear por nuestro round. Vos y yo tenemos un juramento
y no te hagas el gil, porque yo leí la letra chiquita.
Para cumplir una promesa hay que darle valor, palabras. Una promesa es un juramento
donde la palabra es la garantía, y yo creo en tu palabra, porque sé que vas a volver. Porque si no volves yo no voy a poder cumplir con mi promesa, que no es, 
guau, que promesa, pero es mía, es nuestra. 
Yo te prometo quererte cada día, cada noche
¿Hay instrucciones para cumplir una promesa? Creo que si; todas se reducen a una regla clara y sencilla, tan solo, cumplir con lo prometido.
¿Puede esta melodía ser mejor?

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