jueves, 28 de abril de 2011


Te quiero cuña :)

¿Esto que siento es miedo? ¿Es curiosidad?
¿Quién está adentro y quién está afuera?
Hablamos mucho pero no siempre entendemos el valor de las palabras.
Una palabra puede ser mas potente que una lluvia de misiles, porque una palabra dicha o no dicha, gritada o susurrada puede desatar una revolución.
Una no se da cuenta de todo lo que tiene para decir hasta que empieza a decirlo. Las palabras están ahí; atrapadas en tu cabeza, quieren salir, quieren ser dichas, quieren ser gritadas.
Una cree que las palabras dan respuestas, pero dan algo mas poderoso; preguntas. 
Decir algo es muy potente, pero mas potente aun es no decirlo 
porque el silencio también tiene palabras, pero son palabras guardadas; elegidas que esperan pacientes el momento de ser reveladas. 
A veces solo hace falta abrir la boca para que se desate un huracán 
pero las palabras, cuando llegan, te despiertan. 
Las palabras pueden distraer, engañar.
Las palabras son pensamientos que se convierten en acciones. Actuar es mi palabra favorita, porque no se dice; se hace.
Las palabras están ahí, vírgenes; listas para ser usadas. 
Las palabras provocan, inquietan, movilizan.
¿De quién son las palabras que decimos? ¿A quién pertenecen? ¿A uno? ¿A varios? ¿O a todos? ¿De qué sirven las palabras si una las dice y nadie del otro lado las recibe? 
¿Qué valor tiene una palabra si nadie la escucha? 
Sin palabras no hay silencios 
y sin silencios no hay palabras.
Muchas veces no sabemos porqué callamos y muchas mas no sabemos porque hablamos.
Estamos en silencio; guardándonos las palabras, hasta que algo, alguien nos hace hablar.
Hay tantas palabras
y sin embargo, muchas veces nos quedamos mudas sin saber que palabra usar.
Dicen que una imagen vale mas que mil palabras, pero cuando una palabra tiene valor puede contener mil imágenes
pero no hay tal crisis; la palabra vale ¿Acaso hay una expresión que sea mas hermosa, llena de sentido y amor que ‘te doy mi palabra’? Te doy mi palabra es un acto de entrega, de amor, de confianza. 
Es mas que una expresión de deseo; es un compromiso de vida.
Es un acto de fe, porque cuando todo perdió valor la palabra puede rescatarnos.
La esperanza de siempre, que resiste a la desolación, ese es el valor de mi palabra. Hay que creer y confiar en el valor de las palabras.

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