No
siempre lo bueno está más allá, no siempre ‘está por venir’. Y lo más lindo que
hay, es poder darse cuenta de que está pasando precisamente en el instante
exacto. De que la percepción, por una vez, se ajusta a la realidad. De que el presente deja de ser algo tan efímero y
se convierte en algo real. Porque ya estamos hartos de que todo ya haya
pasado o esté por venir, y más aún entendiendo que lo único que hay es el
presente; un presente permanente, constante, inacabable, indestructible: bendita y malditamente eterno.
Los
dragones nos explicaron muchas cosas. Que el ayer ya pasó y que el mañana no
existe, que somos muy aburridos por
sólo creer en eso que conocemos, que podemos vivir sin fuego, sin agua, y sin
aire, pero jamás vamos a poder vivir sin
la palabra de cuatro letras que al revés es Roma.
Te da paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario