Sin palabras.
Me gusta estar al lado del camino, me gusta pensar que la vida
es un gran cuento escrito por un gran creador. Este creador sueña para nosotros
aventuras, lugares exóticos, amores únicos. Nosotros, cual actores, solo debemos entregarnos a ese gran cuento
y fluir. A veces el creador complica la trama; nos pone en situaciones
extrañas. Me gusta pensar que todo tiene
un sentido, un para qué. El arte
trabaja con claroscuros, para que exista la luz se necesita la oscuridad, para
valorar la alegría se necesita la tristeza. Nos cuesta aceptar las
maravillas que el creador nos regala, buscamos la felicidad, pero no
creemos en ella. Hay que aceptar el rol que el creador nos da en su cuento y
ocuparlo, porque ese rol es el mejor para nosotros y amigados con el cuento, saber que avanzamos hacia un final feliz.
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