Y el sonido del silencio que dejás cuando te vas.
Después de no sobrevivir
a las mañanas de ese abril
nubladas como ninguna más.
Viajo bien adentro
a la ciudad del desencuentro,
capital del nuevo centro
del vacío existencial.
Como me desilusionás
cuando amagás y tiroteás
sin terminar las cosas.
Libertad, mi casa es un desastre, mi vida un poco más.
Corazón, que caros son los precios del amor.
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